El
curry es una mezcla de especias, originaria de India que gracias a los ingleses
cuando la colonizaron, la trajeron a Europa. Cada fabricante, tiene su propia
mezcla y composición. Por eso hay algunos curry que nos pueden resultar más picantes, o de sabor
más intenso, o de sabor muy suave. No suele faltar en esta mezcla, el clavo,
cardamomo, cúrcuma, comino, jengibre, nuez moscada, pimienta… aunque el listado
puede ser muy largo. El porcentaje de estas especias, es lo que hace que cada
curry sea único. En la India, según la región donde nos situemos, podemos
encontrar curry muy diferentes entre sí. De hecho podemos encontrar curry de
tres colores: verde, rojo y amarillo (uno de los más populares).
El curry
es rico en Vitaminas A, B, D, E y K. Además de minerales y antioxidantes, que
nos ayudan a luchar contra el envejecimiento celular y los radicales libres. Regula la tensión
arterial gracias a su contenido en cucumina y también se le atribuyen
propiedades antibióticas. Podemos encontrar varios beneficios en el consumo
habitual del curry:
Fortalece
el sistema inmune
Mantiene
una buena salud cerebral
Reduce
el colesterol “malo” en sangre
Refuerza
la flora intestinal y aumenta las
mucosas que protegen el estómago
Combate
la retención de líquidos
También tiene un lado “menos bueno”, y es que no está recomendado para personas con problemas de gastritis / úlceras en el aparto digestivo. Tampoco es recomendable su uso durante la lactancia materna.
Yo
hoy he utilizado esta especia en una de sus recetas más típicas: el pollo al
curry. Hay muchas variantes de este plato. El original utiliza la leche de coco
en su preparación, que yo he descartado por no las grasas saturadas que tiene.
Otra variante es utilizar nata para cocinar o leche evaporada (menos grasas y
menos calorías que la nata). Pero uno de mis propósitos es que la ropa me quede
más floja, también la he descartado en esta ocasión. Como la especia da
suficiente sabor, la he preparado con sencillamente con agua para hacer la
salsa. También hay quien lo prepara con aceite de sésamo, pero yo tengo en casa
un riquísimo #AOVE suave y afrutado, y he optado por utilizarlo con esta
receta. Por eso lo he llamado pollo al
curry light. Si vuestro curry es muy intenso de sabor o picante, os
recomiendo usar aceite de girasol, que su sabor es completamente neutro.
De
acompañamiento tenemos el tradicional de este plato: arroz basmati. Un arroz de
grano largo y muy aromático. Me gusta mucho este tipo de arroz para
acompañamientos y yo suelo cocer más de lo habitual cuando lo preparo, porque
con cualquier verdura salteada, tienes un plato ligero y rápido para una cena o
almuerzo rápido.
¿Te
apetece saber cómo lo he cocinado? Pues sigue leyendo y vente conmigo a la
cocina, que te lo explico paso a paso. Verás que sencillo, rápido y fácil es de
hacer.
Ingredientes
para 4 personas:
- 1kg
de pechugas de pollo sin hueso ni piel
- 1
cebolla grande
- Aceite
de oliva virgen extra suave
- Sal
y pimienta molida
- 1
cucharada sopera de curry
- Agua
- 300grs
de arroz basmati (con la mitad sería una buena cantidad para esta receta, pero
yo he querido dejar más arroz cocido para otros usos).
- Especias
para el arroz: 1 clavo de olor, 1 anís estrellado y ½ rama de canela.
- Opcional:
cilantro fresco o tomillo.
Preparación:
- Empezamos
por cortar las pechugas de pollo en dados de tamaño similar. Salpimentamos y
rehogamos en una sartén / cacerola amplia con un poco de aceite de oliva virgen
extra. Dejamos el pollo dorado por fuera, pero crudo por dentro.
- Añadimos
la cebolla picada lo más fina posible y seguimos rehogando, hasta que la veamos
transparente y blanda.
- Poner
el curry y remover todo bien. Cubrir todo con agua y dejar cocinar hasta que el
pollo esté tierno. Según el tamaño de los dados, podremos tardar entre 15 y
30mnts aproximadamente. Cocinar a fuego medio, removiendo de vez en cuando, y
procurando que haya siempre salsa, que nos vendrá muy bien para acompañar el
arroz basmati. Ir probando el punto del sabor del curry, y añadir más si vemos
que es necesario.
- Mientras
se cocina el pollo, podemos ir cociendo el arroz basmati. Para ello poner en
una olla el arroz cubierto de agua (más o menos, un par de dedos por encima del
nivel del arroz). Añadir sal, el clavo de olor, anís estrellado y la canela en
rama. Dejar cocer unos 15mnts a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Mirar
siempre el envase del arroz, porque cada fabricante aconseja unos minutos de
cocción. El arroz absorberá toda el agua durante la cocción. Cuando veamos que
está listo, añadir un hilo de aceite de oliva virgen extra y remover bien. De
esta forma lo mantendremos suelto para servirlo.
- Una
vez esté el pollo cocinado, servir bien caliente acompañado del arroz. Se puede
poner el arroz en bandeja aparte, y cada persona se sirve a su gusto. Yo he
puesto un poco de arroz en tacitas de café, para presentarlos de esta forma al
servir. Si os gusta el cilantro fresco, añadir unas hojas picadas sobre el
plato en el momento de servir (cuidado que su sabor es potente). Yo he
preferido espolvorear un poco de tomillo, porque en casa nos gusta más que el
cilantro, y es una especia que combina muy bien con el pollo. Buen provecho J
Foto resumen de esta receta
Primer plano de un plato listo para comer.
Nada más tocar el curry cualquier alimento, mirad
como lo tiñe de forma inmediata.
El arroz basmati cocido y listo para comer.
Comentarios
Publicar un comentario