Hoy os traigo una receta muy típica de bares y tabernas en Vélez-Málaga, propia de los días de mucho frío porque calienta el cuerpo y alimenta el espíritu: caldillo de almejas 

 

Es muy fácil de preparar y se suele tomar en vasitos, como el café en Málaga. Pocos ingredientes, pero muy buena calidad, eso sí, porque sin materia prima buena, es imposible que nada salga rico. 

 

Lo que sí hay que tener preparado con antelación, es un buen caldo de pescado. No es difícil de hacer. Sino encontráis pescado de roca en vuestra pescadería de confianza, seguro que os lo pueden traer. A las muy malas que no haya este tipo de pescado, tan tradicional para hacer la base de los guisos marineros, os puede servir unas cabezas de merluza, hueso de rape o pescados similares, acompañados de un poco de puerro, apio, zanahoria y laurel. Así es como lo hago yo, quitando la espuma al caldo para que salga limpio y dejando todo cocer a fuego medio, unos 20mnts aprox. 

 

Dicho esto, nos ponemos manos a la obra y rumbo a la cocina, para lavarnos las manos y colgarnos el delantal ¿me acompañas? 

 

Ingredientes para 4-6 personas aprox. 

- 1 litro de caldo de pescado 

- 1/2kg de almejas muy frescas 

- 1 o 2 rodajas de pan duro 

- 2 puñados de almendras (con o sin piel, al gusto) 

- 2 dientes de ajos hermosos (quitar el germen interior para que no repita tanto) 

- Aceite de oliva virgen extra (en la comarca de la Axarquía, está la variedad Verdial, dulce y afrutado, y está de auténtico vicio) 

- 1 ramillete de hierbabuena 

- Azafrán en hebra o colorante al gusto 

- Pimienta molida o unos granos sueltos 

- Guindillas cayenas, si queréis darle un toque picante, y cantidad al gusto (normalmente, un par de ellas es suficiente) 

- Sal gorda (puede ser fina, pero mi madre tenía costumbre de añadir sal gorda a todos los guisos de pescado y yo sigo esa costumbre) 

- Limón para acompañar 

 

Preparación: 

 

- Empezamos lavando bien las almejas y poniéndolas a remojo, con agua muy fría y un puñado de sal gorda. Se dejan unos 30mnts para que suelten la posible arena que lleven dentro. Dejar en la nevera hasta que se vayan a utilizar, aunque pongamos agua fría o con hielo. 

 

- En una cacerola ponemos aceite de oliva virgen extra para cubrir ligeramente el fondo. Doramos los ajos troceados, la guindilla y las almendras. Sacar cuando estén listos y rehogar un poco el pan duro en ese aceite. 

En un mortero (o picadora) poner los ajos, las almendras, el pan duro, las guindillas, unos granos de pimienta y hacer un buen majado, dejando todo lo más molido posible. Reservar. 

 

- En la olla donde hemos hecho ese dorado, ponemos el caldo de pescado a calentar, añadiendo el majado y disolviéndolo en el caldo. Incorporamos el azafrán en hebra o la carterilla de colorante, y sal al gusto. Dejamos que hierva unos minutos, a fuego suave, removiendo de vez en cuando. 

 

- Escurrir las almejas y volver a pasarlas por agua, por la tierra que puedan tener. Añadir al caldo y esperar que se abran, que tardarán apenas 2 minutos. 

 

Se sirve muy muy caliente, en vaso o tazas pequeñas, acompañado de hierbabuena y un poco de limón para contrarrestar el picante de la cayena.  A mí me encanta dejar las almejas para el final, y tomarlas con el majado que pueda haber en el fondo del vaso. 

 

Seguro que no pasáis frío con un buen vaso calentito y además, veréis lo rico que es. Espero que os guste. Gracias por estar al otro lado.




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