Pensaba
que tenía esta receta publicada. Y gracias a un correo de una seguidora,
pidiéndome el en lace porque no la encontraba, me di cuenta que no estaba
publicada…. ¡y yo hubiera jurado que sí estaba! Tiene fácil solución: hacer la
receta para compartirla con vosotros J
Los buñuelos
de bacalao son una de las tapas más típicas en Semana Santa. Muy
fáciles de preparar (la masa la podrían hacer unos niños perfectamente) y
deliciosos al comer. Si no os gusta el
bacalao (como un amigo mío), la misma masa se puede hacer cambiando de pescado:
rosada, merluza, salmón… Y también con gambas, langostinos, mejillones
(abiertos al vapor y troceando la carne). Opciones hay tantas como nos de la
imaginación y a cuál más apetecible.
La
harina utilizada es de repostería, que es una harina muy fina y suele llevar
algo de levadura química incorporada. Si hay intolerantes al gluten, se puede
cambiar por harina de maíz (nuestra Maicena de toda la vida). Y mucho cuidado,
porque hay levaduras que contienen gluten, mirad bien los envases para evitaros
un disgusto.
Os
podéis extrañar de utilizar vinagre en la masa y os cuento este truco: el
vinagre y el aceite son incompatibles al tener densidades distintas y se repelen. Añadiendo un poquito en la
masa, cuando pongamos los buñuelos a freír, evitará que coja más aceite del
necesario.
Pero
dejémonos de charla, que tengo todo puesto en la cocina. ¿Os apetece que
vayamos a prepararlo? Pues a lavarse las manos que nos metemos en la cocina.
Ingredientes
para 4-6 personas:
- 250grs
de bacalao desalado previamente.
- 1 huevo
grande.
- 1
vaso de agua templada (aprox. 200ml).
- 150grs
de harina de repostería.
- 1
cucharadita (de postre) de levadura química tipo Royal.
- Ajo
y perejil fresco, picados finamente.
- Hebras
de azafrán.
- Aceite
para freír.
- Para
acompañar: salsa alioli / miel de caña
Preparación:
- En
un cuenco hondo y amplio, vamos desmigando el bacalao, quitándole las pieles y
posibles espinas que puedan tener. Si quedan trozos grandes, los podemos
trocear con un cuchillo o tijeras de cocina. Reservar.
- Quitar
el germen a los ajos y picarlos finamente con el perejil fresco. Añadir al
cuenco.
- Incorporar
la harina y la levadura química, junto con el huevo y unas hebras de azafrán
(se puede utilizar el colorante de las paellas, pero a mí me gusta más el
azafrán, que además de color aporta sabor y es 100% natural.
- Remover
todo y añadir un poco de agua templada (activará antes la levadura). La
cantidad de agua puede cambiar un poco, por eso la cantidad es aproximada.
Tenemos que conseguir una mezcla cremosa, ni muy líquida ni muy espesa. Si
quedara demasiado líquida, con toda tranquilidad, añadir una cucharada más de
harina o la cantidad que sea necesaria. Si nos ha quedado una masa muy espesa,
añadir un poco más de agua templada, a cucharadas también, para controlar la
cantidad.
- Una
vez que tengamos la textura deseada, la dejamos reposar en un sitio templado. A
mí me gusta meterla dentro del microondas o del horno, porque allí no la tengo
por encima de la mesa de la cocina, pero también es un sitio templado, sin
corrientes de aire, que ayudará a que la levadura a que nuestra masa aumente de
volumen y quede aún más cremosa. Tardará unos 30mnts aproximadamente, pero
podemos dejarlo más tiempo.
- Pasado
el tiempo de reposo, remover bien la masa. Poner aceite en una sartén amplia
para freír. A mí me gusta hacerlo en aceite de oliva virgen extra, nuestro
maravilloso #AOVE si es una variedad suave. Si no os gusta, se puede hacer
perfectamente en aceite de girasol.
- Cuando
tengamos el aceite caliente pero sin exceso (para evitar que se nos fría por
fuera y quede crudo por dentro), vamos friendo los buñuelos. Podemos hacerlo de
forma sencilla, cogiendo una porción pequeña con una cuchara sopera, y
dejándola con cuidado en el aceite caliente. De esta forma, cada buñuelo coge
su propia forma al freír. También se puede pasar esa porción de masa, de una
cuchara sopera a otra, dándole forma y entonces se echa a freír. No hacer muchos buñuelos a la vez, para evitar
que el aceite baje bruscamente de temperatura. Conforme vayan cogiendo color,
dar la vuelta a los buñuelos. Una vez estén dorados, sacar del aceite y dejar
reposar sobre papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
- Pasar
los buñuelos a una fuente de servir y podemos tomarlos tal cuál (que están
riquísimos). Pero también acompañarlos de salsa alioli, o bien, con unos hilos
de miel de caña de azúcar (que en #Axarquía malagueña existe la única fábrica
hay en Europa). ¡Buen provecho!
NOTA:
Veréis que no menciono la sal en esta receta. Al utilizar bacalao desalado, o
al punto de sal, no la pongo por si el plato resultara con más sal de la cuenta,
una vez los buñuelos fritos. También al servirlos con alioli o miel de caña,
tampoco nos interesa que estén muy subidos de sal. Pero de todas formas, esto
es gusto personal. Siempre podéis freír 1 buñuelo y ver si la masa necesita o
no sal.
Foto resumen de este rico plato.
Yo lo he acompañado con la riquísima miel de caña de azúcar
de Frigiliana (Axarquía malagueña)
Una ración lista para degustar
A excepción del aceite de freír, y de las hebras de azafrán,
aquí están todos los ingredientes de esta receta.
El bacalao desmigado y ya desalado.
Mirar la hebra de azafrán como colorea lo que toca.
Nuestros buñuelos y la rica miel de caña de azúcar.
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