Uno de los mariscos más
consumidos y populares. Su buen precio, y sus muchas propiedades, hacen que lo
usemos en múltiples recetas y combinaciones. ¿Sabéis que tardan aproximadamente
1 año desde desde el inicio de su cultivo, hasta que llegan a nuestros
mercados?. Pues es el tiempo que pasa, desde que se ponen las semillas en las
bateas en el mar, hasta que se recogen llegando en su mejor momento. Galicia
abandera la producción, casi al 99%, en España, siendo uno de los alimentos
estrella en su rica y variada gastronomía.
¿Sabéis porqué unos son de carne
más anaranjadas y otros más blancos? Pues se suele asociar el color naranja más
intensos a los mejillones hembra, y los más pálidos, al mejillón macho.
Son muy bajo en grasas, por cuál,
totalmente indicados para dietas de control de peso. Las grasas que tienen, son
en su mayoría, ácidos grasos Omega-3. Además son muy ricos en proteínas, en
vitaminas y minerales. A destacar entre los minerales, el hierro que es de
liberación lenta y está recomendado en personas con niveles bajo de hierro, o
por ej., en las mujeres en la menstruación. La única precaución es comprarlos
muy frescos. Se conservan muy bien en la nevera, en la parte más fría,
envueltos en un paño de algodón húmedo. Si hubiera algún mejillón con la concha
rota, o abierto que no se cierra al tocarlos, tirarlo a la basura directamente.
No merece la pena arriesgarnos a una infección porque pueda estar ese mejillón
en mal estado.
¿Necesitamos más motivos para
degustarlos? Son un aperitivo ideal pero también se pueden añadir a ensaladas,
revueltos, arroces, pasta..... formando parte de los ingredientes de infinidad
de recetas. Pues vamos a cocinarlos de la forma más sencilla y rápida, pero no
ello, menos deliciosa. A lavarse las manos que nos metemos en la cocina.
Ingredientes para personas:
- 1/2 kg de mejillones.
- Agua.
- Opcional: limón
Preparación:
- Limpiar las conchas de lapas y
barbas que pueda tener. Pasarlos bajo el grifo para limpiar los posibles restos
que puedan tener en el exterior de las conchas.
- En una cazuela amplia, cubrimos
el fondo con agua, pero sin exceso. Si queda alguna zona sin agua, tampoco pasa
nada.
- Introducir los mejillones
después de haberlos limpiados y tapar la cazuela. Llevar poner al fuego a
máxima potencia. Ojo que el vapor puede salir por la tapa, no descuidarnos.
- En 1 - 2 mnts aproximadamente,
tendremos una gran cantidad de vapor en la cazuela y se empezarán abrir los
mejillones. Para evitar que se resequen, ir retirando a una fuente los que se
vayan abriendo y dejar en la cazuela los cerrados. Si pasados unos minutos no
se abren algunos mejillones, tirarlos sin forzar su apertura.
- Colar el agua resultante. Es
ideal para cualquier guiso, por ej., para un arroz. Si no la vamos a consumir
pronto, se puede congelar en cualquier bote de cristal o un tupir.
- Quitar la concha donde no está
agarrado el mejillón. Con unas tijeras, abrir los labios de cada mejillón, y
quitar las "barbas" que puedan tener (han sido el agarre a las bateas
en el mar).
- Conservar en la nevera, donde
más frío haga, cubiertos de un film transparente. A la hora de servir, se puede
acompañar de limón fresco, para rociar un poco justo en el momento de servir.
- Si hacemos un arroz o paella,
podemos ponerlo encima de la cazuela / paellera en el momento de servir. No
olvidéis aprovechar su caldo en la preparación, que dará un exquisito gusto al
guiso.
Mejillones ya cocidos y listos para degustar.
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